Grazalema en el Correo Mercantil de España y sus Indias del lunes 12 de noviembre de 1.792

El Siglo XVIII es el siglo de la Ilustración que pretende promover la reforma de la sociedad y la economía, mediante el progreso de la industria, el comercio y la agricultura, como instrumentos necesarios para alcanzar el deseado bienestar de los españoles de la época.

Los ilustrados encontraron en la prensa, uno de los vehículos más adecuados para la difusión de sus ideas reformadoras. Así, junto a periódicos de carácter político, literario y costumbrista; surgen los primeros periódicos económicos como El Semanario Económico y El Correo Mercantil de España y sus Indias.

Este último periódico que publicaba los lunes y jueves de cada semana, vio la luz el 1 de octubre de 1792, manteniendo su actividad hasta la invasión francesa de Madrid en 1808.

El Correo Mercantil de España y sus Indias, evitó la tendencia general de la prensa ilustrada de publicar artículos puramente teóricos, siendo el primero en ofrecer datos concretos de la economía nacional, como el precio y evolución de las cotizaciones de los principales productos en los más importantes mercados de provincias, previsiones meteorológicas y noticias sobre la estimación de la futuras cosechas, y la evolución de sus precios, junto a recomendaciones para mejorar los cultivos o artículos monográficos. Información que se extendía igualmente al tráfico portuario y a otros extremos del comercio y la industria.

Una de las secciones fijas de este periódico era la descripción pormenorizada de la economía de las ciudades más importantes, lo que lo convierte en una de las principales herramientas con la que cuentan los historiadores para el conocimiento de la realidad económica de esas poblaciones durante los últimos años del S. XVIII.

Tenemos la inmensa suerte de que una de las primeras ciudades analizadas por el Diario Mercantil, fuese Grazalema. Quizás porque la pujante economía de esta ciudad, se basaba según los autores del artículo, en algunos de los puntos programáticos de los ilustrados como la desaparición de los gremios que lastraban la industria y que eran inexistentes en la localidad serrana. También por el carácter laborioso y especulador de los Grazalemeños “..cuyas principales leyes no son otras que la de la buena fe, y honradez, que se sostiene y conserva por la libertad”. Caracteres en franca oposición a los ideales personales de las sociedades estamentales del Antiguo Régimen que  lastraban el desarrollo económico del país, al considerar indigno e impropio de caballeros el ejercicio del comercio o el desarrollo de trabajos manuales.

No todo son parabienes. El artículo censura ciertas costumbres poco racionales como la temporalidad en la fabricación de los paños que no se elaboraban durante el invierno, por considerar este tiempo perjudicial para esta actividad y advierte del peligro de las malas comunicaciones que en definitiva arruinará la economía local cien años después. Por otro lado y siguiendo los prejuicios de los ilustrados ataca a los ganaderos a los que culpaban de erigirse en obstáculo para la expansión de la agricultura, concluyendo que  el aceite y el vino por si solo podrían sustentar la economía de Grazalema, de eliminarse las trabas a estos cultivos.

El periódico facilita datos concretos, de la fabricación de los paños como la producción de 2.257.071 metros anuales de paños de color negro, y otros 55.427 metros en otros colores, para lo que se consumían unos 205.800 kg. de lana que facilitaba una importante cabaña de merinas grazalemeñas que se criaban en toda la comarca. Todo ello sin contar con la pujante, aunque todavía minoritaria producción de mantas que comenzaban a demandarse en mayor cantidad  durante estos años.

 

Antiguo telar de Grazalema

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«Correo Mercantil de España y sus Indias del Lunes 12 de noviembre de 1792

Grazalema 10 de octubre de 1792

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Aunque la Fábrica de paños (1) de esta villa esté distante de la perfección a que aspiran sus vecinos, y que nos podemos prometer de su carácter activo, laborioso y especulador, merece un distinguido lugar entre todas las del Reyno, así por la multitud de piezas que se labran en ella, como por el buen pie en que está montada, y por su ventajosa situación.

Por una razón auténtica se acredita que el número de paños de color negro que se fabrica anualmente asciende a 83.080 piezas en esta forma:

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Clases de paños	Piezas	Varas	Precios
Veintenos (2)	080	28.880	36 a 40
Dieziochenos	500	178.500	30 a 35
Diezisenos	18.200	408.800	23 a 26
Catorcenos finos	38.000	998.000	19 a 23
Catorcenos pelialtos	38.300	1.088.900	15 a 19

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También se fabrican muchos paños blancos, azules y de otros colores finos, cuyo total no se expresa, porque no se nos ha dado razón puntual: pero se cree que el número de los de color negro está algo disminuido, y que los de otros colores exceden de 108 piezas (3).

Hay en estas fábricas algunas particularidades dignas de atención. Los principales fabricantes manufacturan al año de 18 a 18.500 arrobas de lana; pero hay muchísimos que no labran sino diez, doce, veinte y treinta arrobas. Como en la villa hay telares, tintorerías, batanes, y otras oficinas públicas, en las que se ejecutan las respectivas maniobras por un tanto equitativo; quienquiera puede echarse a fabricante con muy pocos fondos. De manera que su número se multiplica continuamente, logrando la fábrica la inapreciable ventaja de su permanencia y perpetuidad; pues aunque un fabricante rico quiebre o fallezca, son muchos los que le reemplazan.

A este pie excelente, en que la casualidad ha plantificado la fábrica se añaden otras circunstancias que la recomiendan. Los exámenes de maestría, tan inútiles como gravosos a los artesanos, son casi desconocidos, y jamás se aprecia a un maestro por su título, sino por su desempeño. Los aprendizajes son cortos y es frecuente ver a un aprendiz, haciendo de oficial a los seis meses. Raro es el padre que no enseña su oficio a su hijo; en este industrioso pueblo es desconocida la ociosidad, y el imperio de la torpe Venus muy limitado. Las mujeres más distinguidas y ricas cuidan de lo más menudo e implicado de las labores y cifran toda su vanidad en hacerlas con la mayor eficacia. No se sabe que aplaudir más de ellas; si la destreza de su manejo o el completo de sus virtudes cristianas y políticas. La situación de la fábrica es muy ventajosa; porque dista 17 leguas de Cádiz, 16 de Sevilla y 14 de Málaga; cuyas poblaciones y territorios le proporcionan las primeras materias y un consumo seguro de sus paños.

Además, tiene la villa numerosa arriería, y aunque muchos arrieros se empleen en las operaciones comunes de transportar paños y lanas de cuenta de los fabricantes; hay otros muchos llamados sacadores, los cuales se ocupan todo el año de recorrer varios pueblos cortos de Andalucía vareando paños de su cuenta, y proporcionando de esta suerte consumo al fabricante.

En los pueblos más principales de la misma Andalucía, han colocado también los industriosos fabricantes muchas tiendas, que denominan puestos, donde venden de su cuenta casi todas sus labores, sin necesidad de esperar compradores de la fábrica; y aun se han hecho algunas remesas de paños a Castilla la Vieja, los cuales por su buena calidad y comodidad de precio han logrado pronto despacho, y se cree que si las hacen a la Coruña y Santander, conseguirán el mismo beneficio (continuara)” (4)

 

Foto: Miguel García Castro. Rebaño de Ovejas Merinas de Grazalema. Raza autóctona y base de la antigua industria de paños

 

 

 

Correo Mercantil de España y sus Indias del Lunes 19 de noviembre de 1792

ARTES

GRAZALEMA

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Conclusión del número anterior.- En fin, la fábrica de Grazalema, formada solo por los vecinos, sin más auxilio que su industria y aplicación; cuyas principales leyes no son otras que la de la buena fe, y honradez, que se sostiene y conserva por la libertad; y que hace grandes progresos por la loable emulación de sus fabricantes y artesanos, tal vez llegara a ser la primera del Reyno, si se introducen, las cardas y tornos de las fábricas de Guadalajara y Segovia, si se conceden premios aunque cortos a las hilanderas que mejor hilen, y se destierran las cardas de las perchas y se usa únicamente de cardones; si se escasea mas el fuego en las prensas; si los fabricantes acaban de sacudir la antigua y ridícula preocupación, de que en el invierno no se puede fabricar bien y sin mayor costo; si se mejoran las tintas negras, y si se adopta toda la variedad de colores finos, que el gusto o capricho de los consumidores desea.

Fuera de los paños se fabrican mantas blancas muy suaves de hermosura y duración. Los pobres, y aún las gentes acomodadas de tierras frías, las suelen usar en los inviernos en lugar de sábanas, porque abrigan mucho, y porque al meterse en las camas no sienten la desagradable frialdad, que por el pronto da el lino, el año próximo se fabricaron 364? , pero otros años se fabrican menos o más.

 

Uno de los modelos mas antiguos de las mantas de Grazalema, con su carácterística tintada azul.

 

Hay en la villa otros ramos comerciales de entidad. La nieve que se consume en Cádiz y otros pueblos cercanos, se acopia en el Peñón de San Christoval, en cuyo pié está situado el lugar. Se hace todos los años considerables matanzas de cerdos, y se regulan en 480 los que se salan para vender su tocino en Cádiz, Málaga, Campo de San Roque y otras partes. En dos curtidurías se fabrican muchos cordobanes, badanas y baldeses y las suelas que se labran en la fábrica que de pocos años a esta parte han establecido los hermanos Piña, igualan y aun exceden a las mejores de Irlanda.

La agricultura no ha hecho tantos progresos como las fábricas, no obstante que no está abandonada. El territorio es sumamente montañoso y áspero y por consiguiente no se pueden sembrar granos, sino con mucho costo y dificultades. Pero en su defecto se han plantado algunos olivares y mucho viñedo, cuyos vinos son tan buenos, que los inteligentes les dan la preferencia a los mejores de España. Se comercia poco con ellos, porque apenas bastan para el consumo del pueblo. Pero si los inmensos plantíos que se pudieran emprender en las tierras comunes, no encontraran una obstinada resistencia de parte de algunos ganaderos, bastaría el comercio de vinos y las cosechas de aceite para hacer feliz a la villa.

 

Hasta fecha reciente se pisaba y apreciaba el Vino de los Terrajos. Foto de los años cincuenta de Andrés Valle Menacho

 

Por último de lo que se compadecen los hombre mas honrados y celosos, es de que teniendo el Ayuntamiento unos sobrantes considerables de los bienes del común, que administra desde la mitad de esta siglo a nombre de los vecinos, sean los caminos de sus principales carreras, Cádiz, Málaga y Sevilla, los peores de todo el Reyno y casi intransitables, resultando de aquí tan graves perjuicios al tráfico del pueblo, y bien de la fábrica”. (5)

 

Foto Francisco Dianez Guerrero. La uva de los Terrajos aún se produce, conservando la tradición personas como Guillermo Castro, o José Diánez y sigue a la espera de que algún emprendedor la embotelle y coloque en el lugar de prestigio que tuvo durante los siglos XVIII y XIX .

 

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Notas.-

(1) Cuando se utiliza la expresión fábrica se hace referencia al conjunto de la producción de Grazalema, sin referencia a un establecimiento concreto.

(2) El paño veinteno tenía una hurdimbre de 20 centenares de hilos, el dieciocheno 18 y así sucesivamente.

(3) La cifra se refiere a los paños veintenos de mayor calidad.

(4).Biblioteca Nacional. Correo Mercantil de España y sus Indias del Lunes 12 de noviembre de 1792

(5).Biblioteca Nacional. Correo Mercantil de España y sus Indias del Lunes 19 de noviembre de 1792