Grazalema y la Fábrica de Paños durante el Trienio Liberal (1.820-1.823)

Grabado que representa el «trágala»; canción burlona que cantaban los liberales a los absolutistas y que hacía referencia a la Constitución de 1.812


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 Luís Ruiz Navarro

Diego Martínez Salas

 .

Nueve días después de la salida de la columna de Riego de Grazalema, Fernando VII, se vió forzado a proclamar la vigencia de la Constitución de Cádiz de 1.812, inaugurándo un periodo que la historia española bautizó como “Trienio Liberal”.

En Málaga, se constituyó de inmediato una autodenominada “Junta Provincial Gubernativa”, que  ordenó como primera medida, remitir a todos los pueblos la orden de proclamar la constitución con la mayor solemnidad y por los Alcaldes que regían los Ayuntamientos en 1.814,

Esta resolución, que suponía a efectos prácticos la destitución de los regidores nombrados por Fernando VII, durante el sexenio absolutista, no afectó a Domingo Cándil, que gozaba de las simpatías de los liberales por su decidido apoyo al Coronel Riego durante su afamada marcha, y que desde entonces firmará como “Alcalde Constitucional de Grazalema.”.

Los liberales adoptaron desde un primer momento una política abiertamente anticlerical. Medidas como las restricciones  a los obispos parar conferir ordenes, la confiscación de los bienes de las órdenes religiosas, la secularización forzosa y el cierre de los conventos sospechosos de apoyar a absolutistas, la eliminación de buena parte de sus recursos (supresión de los diezmos, beneficios, capellanías, exacciones forzosas etc,), o el cierre de centros de formación: seminarios y expulsión de los jesuitas, y la intromisión de las autoridades civiles en las potestades episcopales sobre el clero, buscaban debilitar y dividir a una institución que se sentía muy cómoda bajo las instituciones del Antiguo Régimen. Todo ello, con la pretensión de forzar un pacto entre la Iglesia y la Constitución tan gravoso como el existente hasta la fecha entre la Iglesia y el Estado. (1) El efecto no fue el deseado y provocó que la Iglesia se convirtiese en una enemiga declarada y unánime del movimiento liberal.

Desde un primer momento, el grazalemeño don José Benítez Chacón, Arcediano de Ronda y uno de los personajes más influyentes de la iglesia andaluza de principios del S. XIX, manifestó su oposición a las tesis liberales, lo que le puso en el punto de mira de los más exaltados, que desde el Ayuntamiento de Málaga dirigieron un escrito al Obispo expresándole que:

 .

: “…La tranquilidad pública exige que no se presenten en esta ciudad, los Sres. Arcedianos de Ronda, Don José Beítez, y Canónigo Lectoral don Juan de la Buelga. Cuando el Ayuntamiento constitucional hace a V.S.I. esta manifestación, no sólo tiene el objeto de conservar el orden que le está encomendado, si también la seguridad individual de los Sres. Benítez y Buelga, deseando al mismo tiempo que no padezca detrimento el debido decoro de los Ministros del Santuario. En esta atención el Ayuntamiento espera que V.S.I. sabrá determinar con su prudencia la salida de estos señores, si existen en esta ciudad y su detención en otro pueblo si no estuvieran en ella. Dios guarde a V.S.I. muchos años. Málaga 10 de abril de 1.820” (2)

 

Desoída la petición, don Diego José Benítez será finalmente expulsado, buscando refugio en su casa de la Plaza Pequeña de Grazalema. A este extrañamiento seguirán el de numerosos religiosos y seglares considerados desafectos, en un proceso que se cerrará con la expulsión del propio Obispo de Málaga don Alonso Cañedo y Vigil, que en su huída buscó refugio temporal en Ubrique.

La Sierra de Ronda y en particular los pueblos de Casarabonela, Grazalema y Ubrique se conviertieron así en refugio de los desterrados, muchos de los cuales trabajaron como agentes de Fernando VII, en la formación de partidas realistas para alzar en armas a los pueblos de la Sierra

 

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Grabado liberal en los que miembros de la Milicia Nacional, brazo armado de los liberales entierran todo lo que represnta el absolutismo

 

 .

El Juzgado de Primera Instancia de Grazalema y la insurrección de 1.822

 

Con el fin de garantizar la implantación de la Constitución y las leyes, los gobiernos liberales retomaron durante 1821 el viejo proyecto de creación de nuevas provincias que racionalizasen la división del territorio. Se creó así, la Provincia de Málaga dentro de la cual se integró  Grazalema y el resto de los pueblos del antiguo señorío de las Siete Villas. A su vez, las provincias se organizaron en Partidos Judiciales en los que se crearon los llamados Juzgados de Primera Instancia, con competencias civiles y criminales.

El partido judicial de Grazalema se creó por Decreto de las Cortes de 24 de junio de 1.821, nombrándose como primer titular a Pablo Muñoz Alanis.

El primer juez de Grazalema era un abogado de la Audiencia de Sevilla, nacido en Estepa en 1787. Fue seleccionado para el cargo,  tanto por su probidad, como por su lealtad a la causa liberal, valorándose especialmente a la hora de su nombramiento, su experiencia militar durante la Guerra de la Independencia, en la que sirvió como teniente capitán del Regimiento de Infantería de Barbastro (1808) participando en la Batalla de Bailén y segundo capitán del Regimiento de Infantería de Sigüenza (1812).

Tan pronto como llegó a Grazalema, su experiencia militar le advirtió de los movimientos preparatorios de una insurrección de los pueblos de la Sierra, y que achacó a la “tribu levítica”; denominación despectiva con la que los liberales y masones hacían referencia a la condición de clérigos de sus promotores. Así lo expresa en una carta que remitió a la Sociedad Patriótica del País de Ronda entidad en la que se aglutinaban las cabezas visibles del liberalismo y la masonería de la serranía:

 .

“Grazalema a 22 de mayo de 1.822

En cumplimiento de lo que le ofrecí, le incluyo a VD los dos oficios, y la carta cogida al perillán que tengo preso en esta cárcel; y además de lo que le dije de palabra; le añado ahora que por mis esfuerzos y de algunos otros buenos que hay en este distrito, acabamos de descubrir el plan horroroso que tenía tramada la tribu levítica, que era mover a todos los pueblos de esta serranía, y para conseguirlo le tenían prometido el que saquearan a Ronda, como pueblo que siempre han odiado, y después a las demás villas subalternas, asegurándole que ganaban el reino del cielo por las víctimas de liberales que hicieran, juntamente que le servirían de más sufragios el robo de todos sus bienes, por lo cual, he oficiado inmediatamente al general Villacampa por ser más activo que el bendito jefe político de esta provincia”. (3)

 

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Ejemplar del periódico liberal sevillano «El Mensajero» que publicó las cartas del Juez de Grazalema durante el año 1822.

 

 .

Igualmente se conserva la carta que el citado Juez dirigió al General Pedro Villacampa y Maza de Lizana, a la sazón Capitán General de Granada  y en la que le expresa que:

 .

“Acabo de tener noticia de que se prepara una reacción en esta serranía, aunque no se me designa donde, ni quienes, porque la noticia es en globo, pero en mi concepto no carece de fundamento, pues yo sin tener este antecedente he observado que de ocho a diez días a esta parte se han presentado según me han dado noticias, varias cuadrillas que han pasado de treinta de a caballo a robar y luego se han disipado por decir que eran de todos los pueblos de la sierra. Esto me ha hecho sospechar que sean los primeros ensayos; juntándose a todo la apatía que observo en los ayuntamientos, que no tratan en lo más mínimo de evitar semejantes escándalos, particularmente el de esta cabeza de partido, (Grazalema) que mira con la mayor indiferencia los excesos y reuniones que se han notado en su término, pues parecen que lo hacen ex profeso extraviar el espíritu público, sin querer formar la Milicia Nacional, al mismo tiempo que está viendo diariamente cometer robos y excesos en el corto tránsito que media entre esta villa, Ubrique, Villaluenga y Benaocaz, lo que me ha determinado a tomar resolución de pasar mañana a la referida Villaluenga, Benaocaz y Ubrique a avistarme con los respectivos alcaldes constitucionales para tomar de común acuerdo las medidas más conducentes a fin de evitar una catástrofe, por no fiarme absolutamente de este ayuntamiento.

No obstante todo lo que haga, me parece no llenarán las medidas que todos los buenos deseamos, si inmediatamente no se mandan 200 hombres a lo menos de esa plaza, para que cubran el punto de Ronda y de esta villa.” (4)

 

Voluntarios Realistas haciendo su entrada en Barcelona (1)

Grabado que representa a una de las partidas realistas que actuaron en algunas comarcas españolas a partir del año 1822

 

 

No andaba descaminado el Juez de Grazalema, los movimientos observados no eran sino los preparativos de la insurrección de la sierra que desembocará en la toma de Ubrique el día 11 de noviembre de 1.822, por la llamada “Partida de la Fe” comandada por el ubriqueño Pedro Zaldivar, antiguo jefe de las guerrillas serranas durante la Guerra de la Independencia, y que tras tomar prisioneros a un capitán y veinte soldados de la naciente Milicia Liberal, huirán de las tropas del general Villacampa dejando en la Sierra al cargo de la rebelión, a las partidas de Aguilar, Tinico y Mateo.

El apoyo popular  a la causa absolutista de Fernando VII era mayoritario en los pueblos de la Sierra, como lo refleja la última carta conservada del Juez de Primera Instancia de Grazalema:

 .

“Como le decía a V.S. en mi anterior oficio que al día siguiente pasaría a las villas a cerciorarme del estado en que estaban y al mismo tiempo a ponerme de acuerdo con sus respectivos ayuntamientos, efectivamente lo ejecuté el 26, llevando también la comisión de tomarle una declaración al Obispo de Ceuta, residente en Ubrique procedente de una causa formada por el Sr. Gobernador de la referida plaza; y habiendo llegado a dicha villa de Ubrique. Llamé al escribano  y le mandé extender un auto, por el cual se le preceptuaba dicho Sr. Obispo que con arreglo al decreto de 11 de septiembre, sancionado por S.M, en 1º de octubre del año de 20, compareciese en mi juzgado a declarar, y habiendo vuelto el escribano, me hizo presente como le había notificado el anterior auto, al que contestó que de ningún modo lo obedecía, por no reconocer autoridad sobre él, tanto del juez requirente como de mí, por lo que proveí diferentes autos para hacerle obedecer, pero me fue forzoso ceder por no tener fuerza alguna que me apoyase y advertido varios corros y fermentación en el pueblo, todo en favor del dicho obispo, no obstante que yo había recurrido a que me auxiliase el primer alcalde constitucional como comandante que es también de la milicia; mas como esta es solo en el nombre, hubiera sido una gran imprudencia el querer seguir con nuestro intento adelante. Por lo que determine regresarme a esta villa, impartir el auxilio de V.S para que me mande tropa, a fin de poderle seguir la causa conforme a las leyes a este obispo rebelde, y de este modo evitar el mal ejemplo que está dando con una conducta tan escandalosa.

Espero que Vd. Me conteste a la mayor brevedad posible pues cada momento que se pasa sin poner a raya a dicho obispo, le está haciendo una brecha mortal a nuestro benéfico sistema.” (5)

 

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Pedro Zaldivar, Jefe de las partidas realistas de la Sierra.

 

La realidad fue que el pueblo de Ubrique, lejos de apoyarlo, lo acorraló quitándole las diligencias penales que fueron quemadas a su presencia, teniendo que poner pies en polvorosa ante el peligro que corría su propia integridad.

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La Neutralidad Práctica del Ayuntamiento de Grazalema

 

En todo esto proceso, destaca la actitud de Domingo Candil y su ayuntamiento que tuvieron la habilidad de  mantener a la villa al margen de las tensiones que provocaron en otras poblaciones los enfrentamientos entre unos liberales y absolutistas siempre irrefrenables. No debió de ser ajena a esta actitud el recuerdo de las represalias y destrucciones que los franceses ocasionaron en Grazalema durante el mes de mayo de 1.810 y que dejó la población reducida a cenizas según las crónicas de la época.

Esta neutralidad práctica, que evitaba todo compromiso, pudo mantenerla nuestro Ayuntamiento, a pesar de la desconfianza que generaba nuestro alcalde entre los liberales de la Sociedad Patriótica rondeña, que lo acusaban de no perseguir con el suficiente rigor a los absolutistas y de no constituir la Milicia Nacional, instrumento previsto por los liberales para forzar la aplicación de las reformas. Sin embargo, el apoyo del Ayuntamiento a Riego y a sus hombres, cuando todo el país le daba la espalda, debió de pesar frente a todo intento de cese de Domingo Candil y su ayuntamiento por parte del Juez de Grazalema.

Como contrapartida a la neutralidad del Ayuntamiento se observa un claro intento de revitalizar la vida de la Real Fábrica de Paños que pasa a denominarse con los nuevos aires  «Fábrica Nacional de Paños». Así, se exige a los miembros de la Junta de Veinticuatro a cumplir sus obligaciones, acordándose la reparación de los lavaderos de lanas y acometiéndose la construcción de los secaderos del Tinte durante el año 1.822. Sin embargo, la actividad quedará muy reducida ante la inseguridad que provoca la marcha de los acontecimientos de finales de 1.822.

En el año 1823, La Real Fábrica de Paños sólo celebra una reunión, el 24 de marzo de 1.823 que podemos considerar de mero trámite administrativo y sólo para aclarar la asignación del Juez de Fábrica.  Es comprensible, dada la convulsa situación política que vivía el país.

 

“En la Junta se dijo que el Señor Juez que fue de ésta fábrica en el año anterior D. Domingo Candil, percivió seiscientos rs. por su salario sin deber haver cobrado más que quatrocientos, según se habló y resolvió en ésta Junta.   El D. Domingo Candil manifestó que habiendo sido de muchos años a ésta parte seiscientos rs. la dotación de Juez de Fábrica y no habiendo ningún acuerdo que lo avale, ni los quatrocientos, había percivido por ésa causa la expresada dotación; y después de haberse discutido largamente sobre el particular, dijo el D. Domingo: estaba pronto a entregar los doscientos rs. que resultan de diferencia para evitar questiones;  y en consecuencia se acordó que teniéndose ésa suma por partida en las cuentas que debe rendir en éste día el Tesorero de Fábrica, sea en lo sucesivo quatrocientos rs. la asignación del Juez de ella.”

“Se acordó en ésta Junta se haga saber al Fiel Marcos de Castro que si quiere continuar en el disfrute del Huerto del Rio Avajo por el año venidero y los sucesivos, deve ser de su cargo el pago de los créditos del censo que lo gravita y de lo contrario, queda ésta Junta en arrendarlo a quien tenga por conveniente”

“Se procede al nombramiento de dos Diputados de Fábrica al cesar en razón de haber cumplido el tiempo de su encargo, D. Nicolás de Pomar y D. José Varea Borrego. Y haviéndose puesto a votación resultan electos por unanimidad, D. Vicente Naranjo y D. Nicolás Díaz, que aceptan.  Se acordó que los nuevos diputados emprendan con preferencia la conclusión de la obra de la Casa del Rio Avajo.  Se aprovaron las cuentas que acaba de rendir el tesorero saliente D.  Nicolás de Pomar, respecto haverlas hallados conformes, feneció esta Junta firmando los concurrentes que saben y que certifico”. (6)

 

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Firma de alguno de los Regidores de Grazalema durante estos años.

 

 .

El fin del Trienio Liberal en Grazalema

 

Sólo catorce días después de firmar éste Acta, los franceses nos invaden de nuevo.  Al mando del Duque de Angulema, los “Cien Mil Hijos de San Luis” penetran en suelo patrio. Grazalema no queda lejos de los escenarios donde se escriben los capítulos finales de ésta historia.  En Sevilla están  Fernando VII  y la Corte que terminan refugiándose en Cádiz.

Tras la muerte de Pedro Zaldivar en diciembre de 1.822, las partidas realistas fueron reorganizadas por el General Juan Caro Sureda, hermano del Marques de la Romana, a quien acompañó en la campaña de Dinamarca, y que fue Gobernador militar y civil de Málaga hasta que los exaltados liberales de dicha ciudad lo cesaron y expulsaron tumultuosamente en junio de 1.820 por sus conocidas ideas anti constitucionalistas.

Establecido en Casarabonela donde compartió exilio con otros conocidos absolutista, el Canónigo Juan de Buelga y Solís, se puso al frente de las partidas realistas de la Sierra, tan pronto como los franceses invadieron España. El periódico absolutista “El Restaurador” publicó el 28 de octubre de 1.823, la entrada del general Caro en Grazalema:

 .

“Grazalema 13 de julio. El día 9 entró en esta villa el general Caro entre mil vivas y aclamaciones de un pueblo siempre fiel a su Soberano, y su primera visita fue a la iglesia, en la que hacía tres años no vimos entrar a militar alguno.  Pero nuestra satisfacción y gozo, al ver entre nosotros a un general tan valiente como religioso, pudo cambiarse en un verdadero disgusto y sentimiento. En aquella misma noche se le presentaron ocho partidarios al mando del Cojo de Alcalá, pidiendo éste hablarle a solas. El general conoció sus depravados intentos, y llamando gente nos echamos sobre ellos, lo libramos del peligro, y ayer pagó con su vida el tal Cojo en la plaza pública lo que debía.

El general Caro salió el día antes para Ronda, en donde se esperaban por mañana a los franceses”. (7)

 

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Cabecera de la publicación absolutista «El Restaurador»

 

La Real Fábrica de Paños tras la caída del Trienio Liberal

 

La batalla del Trocadero de 30 agosto de 1.823, pone fin al Trienio Liberal y da comienzo a la Década Ominosa que en un primer momento no afecta al antiguo Ayuntamiento constitucional, que sigue manteniendo su habilidad para permanecer en el poder, evitando igualmente mayores represalias a la población, como se deduce de la documentación conservada de la Fábrica de Paños, en las que siguen figurando en sus cargos, como la relativa al acta de la Junta celebrada el 4 de Mayo 1824.

 .

“…celebrada bajo la presidencia de D. Domingo Candil, solo concurren 9 diputados, sin concurrir los demás individuos con que se completa la Junta por hallarse, los más ausentes, y otros enfermos y acuerdan lo siguiente:

“Que D.  José Rincón y D. Antonio Ximenez  se hallan havitualmente enfermos e imposibilitados de concurrir a sus sesiones y D. Rafael Gómez y D. Juan Ximenez, asimismo individuos de ella, el primero se halla desvescindado de esta Villa y el segundo ha solicitado su baja.

Se  acuerda en  lugar de los quatro individuos expresados, a quienes se les exoneran del empleo de vocales,  y se nombran:

José Fernández Joya, D. Antonio Díaz,  D. Juan Zarzuela y a D. Tomas Varea, de ésta vecindad, a quienes se hará saber para su aceptación.

Se aprueban las cuentas rendidas en nueve de Febrero próximo anterior, por encontrarlas conformes y arreglada.

En la Junta se acordó que con el fondo existente se acuda a la composición de los lavaderos hasta donde alcanze a fuer de que están inservibles para lavar las lanas de la próxima recolección.  Fenece y firman los que saben. (8) 

 

Hacemos notar que se incorpora a la Junta D. Antonio Díaz,  el futuro Comandante de Armas del pueblo, a quien conocemos por la intentona absolutista de 1836, ya  publicada en “Raíces de Grazalema».

 

 

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Telar grazalemeño de los años 40 del S. XX,

 

El resto de las actas conservadas hacen referencia a cuestioones menores, si bien ponen en evidencia la continuidad en el sistema de gobierno de la actividad textil de Grazalema. Así en el acta de 18 de Mayo de 1824, puede leerse:

 

En ésta Junta, D. José Varea Borrego reclamó el pago de la asignación de Juez subdelegado de ésta Fábrica desde el veintiuno de Agosto hasta treinta y uno de Diciembre de mil ochocientos catorce y de todo el año de mil ochocientos diecisiete en que sirvió ése empleo.

 

Para determinar éste asunto con el conocimiento debido, se vieron las cuentas de la misma fábrica perteneciendo a las citadas épocas y de ellas resultó están satisfechas otras asignaciones.  En consecuencia, expuso el d. José Varea que no las ha recibido aunque aparezca solventadas  y que para ventilar éste punto, pedía se compareciese el Tesorero D. Estevan Valentin Roman, que había rendido las expresadas cuentas; y aunque se accedió a ello no pudo concurrir por estar enfermo.

 

No pudiendo aclararse la cuestión, se nombra una comisión compuesta por el Sr. Alcalde, D. Domingo Candil, el Diputado, D. Nicolás Díaz y el D. José Varea Borrego, en unión de D. Estevan Valentín, reconozcan todos los papeles de la fábrica y según el resultado y el de las conferencias que entre sí tendrán, informaran a una comisión compuesta por el mismo Sr. Alcalde, D. Antonio Díaz y D. Juan Santiago a quienes se autoriza determinen definitivamente éste negocio, dando cuenta en la primera Junta. (9)

 

Vuelve a reunirse la Junta de Veinticuatro el día  12 de Julio de 1824, en la que la Comisión dictamina que:

 .

“Han conferenciado largamente y reconocido prácticamente los papeles de la Fábrica de dicho años y ha resultado claramente que D. José Varea no ha percivido sus asignaciones, porque no aparece ningún papel alguno que lo acredite y no hay quien recuerde que se le haya pagado.” (10)

 

Y por fin el  el Acta del 30 de Julio de 1824 en la que la comisión determina pagarle.

 .

“…en consideración a todo y al resultado de los conocimientos que sus mercedes han tomado separadamente que el D. José Varea no ha percivido sus salarios.

Ahora bien que para que en lo sucesivo no resulten equivocaciones de ésta clase deven advertir y advierten a la Junta de Veintiquatro, a la que se da conocimiento de ésta decisión, es necesario acuerde que en la formación de cuentas de Fábrica se atienda y rinda con las formalidades prevenidas para los demás fondos públicos.  Así acordaron de lo que certifico” (11)

 

Tras estas últimas Juntas, aparece como nuevo Alcalde de Grazalema don José Perez  Castro y es que la prudencia de don Domingo Cambil, no fue suficiente merito para unos absolutistas que nunca pudieron  perdonarle su apoyo al General Riego, que vilmente asesinado quedará como martir y mito del liberalismo español.

 

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Notas.-

(1)Jose Goñi Gaztambide. El Obispo de Málaga Cañedo en el Trienio Constitucional.1980: “Los liberales trataban de establecer un pacto entre el Altar y la Constitución, no menos oneroso que el que había tenido lugar años antes entre el Altar y el Trono. La “Confederación Patriótica de Málaga” en una exposición a aquel Obispo (21 de abril de 1820) proponía este curioso pacto ante la inminencia de las elecciones.

(2) JUAN DE LA BUELGA Y SOLIS.  Manifiesto de las persecuciones que durante el gobierno revolucionario sufrió d Juan de la Buelga y Sollis.”

(3) (4)(5) Hemeroteca Nacional. El Mensajero. Nº. 22. Año 1.822.

(6) Archivo de Luis Ruiz. Acta de la Fábrica Nacional de Paños de 24 de mayo de 1.823.

(7) Hemeroteca Nacional. El Restaurador de fecha 28 de octubre de 1.823.

(8) Archivo de Luis Ruiz. Acta de la Fábrica Nacional de Paños 4 de Mayo 1824.

(9) Archivo de Luis Ruiz. Acta de la Fábrica Nacional de Paños 18 de Mayo de 1824.

(10) Archivo de Luis Ruiz. Acta de la Fábrica Nacional de Paños 12 de Julio de 1834.

(11) Archivo de Luis Ruiz. Acta de la Fábrica Nacional de Paños 30 de Julio de 1824.

Publicado el enero 1, 2015 en Uncategorized y etiquetado en . Guarda el enlace permanente. 2 comentarios.

  1. Cándido Gutiérrez Nieto

    Nuevamente os felicito y agradezco vuestra aportación tan rigurosa y meritoria como ya nos habéis acostumbrado. Cordiales saludos

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